El Rococó: dulzura y ensoñaciones de la aristocracia
¡Te doy la bienvenida a El gabinete del artista!
En la entrada de hoy he decidido inaugurar la sección de estilos y movimientos con uno de mis movimientos artísticos favoritos y que, a pesar de su breve duración en comparación a otros, resulta muy relevante en la corte francesa del siglo XVIII. ¡Te abro las puertas al Rococó!
El Rococó fue un movimiento artístico, surgido en Francia alrededor del 1700 y difundido en el resto de Europa hacia el 1730. Se considera por muchos un estilo "de transición" entre el Barroco y el Neoclasicismo debido a su corta duración, siendo su apogeo entre 1730 y 1750, pero conforma un estilo de gran importancia especialmente en su natal Francia y en Alemania.
El término Rococó es acuñado un siglo después, en 1842, como una forma burlesca de hacer referencia a la rocaille o rocalla, una decoración disimétrica que imita la forma de piedras, conchas y otros motivos de la naturaleza. Su uso abundante en este movimiento fue precisamente lo que inspiró a derivar el término de la ornamentación al nombre propio del arte de esta etapa.
Además del uso de la rocalla, el Rococó se caracterizaba por un gusto por la elegancia y la alegría, haciendo uso de colores pastel y ornamentaciones en oro en contraste con tonos blancos y marfiles que alejaban este estilo de la pomposidad del Barroco. Este estilo surgió como nueva tendencia en el diseño de interiores de las residencias de familias adineradas y nobles francesas, razón por la cual se denominó también estilo de Luis XV y se identificaba como el arte del Antiguo Régimen. Por supuesto, el diseño de interiores no sólo se limitaba al diseño de las estancias, sino que se extendía también a muebles, cortinas e incluso vajillas. Algunas de las obras arquitectónicas más conocidas del Rococó se pueden encontrar tanto en Francia, en el caso del Pabellón Francés del Petit Trianon en el Palacio de Versalles, como en otros países europeos, en el caso de la renovación de la emperatriz Isabel del Palacio de Catalina I de Rusia.
Dentro del Rococó, cumplió una parte sumamente importante la denominada chinoiserie o chinería, un estilo artístico menor surgido en el último cuarto del siglo XVII y vio su auge gracias al arte rococó. La chinería se basaba en el uso de diseños de inspiración china caracterizados por la asimetría, una abundante decoración y el uso de lacados, rasgos muy similares a los del propio Rococó. Su aparición y popularización se debió principalmente al auge en la imitación de los diseños de la porcelana china en Europa, y reflejaba el gusto por lo exótico de la nobleza de la época. Dentro de la chinería, era muy apreciada la singerie o monería, una tendencia donde se retrataban a monos imitando a humanos, en este caso chinos, y donde utilizaban ropa y objetos similares. El mejor ejemplo de la monería es la estancia denominada la Grande Singerie, creada en 1737 dentro del castillo de Chantilly.
En la pintura rococó, varios artistas franceses destacan excepcionalmente con una amplia variedad de obras, temas y rasgos:
- Jean-Antoine Watteau (1684-1721): destacado pintor del último Barroco francés y uno de los primeros pintores del Rococó, fue el creador del género de "fiestas galantes" que retrata escenas campestres de jóvenes aristócratas festejando y estableció rasgos esenciales de este estilo.
- François Boucher (1703-1770): considerado el máximo representante del Rococó parisino, es especialista en reflejar el espíritu hedonista y frívolo de la corte. Destacan sus retratos de Madame de Pompadour y diferentes desnudos juveniles.
- Jean-Honoré Fragonard (1732-1806): tras intentar dedicarse a los temas históricos, este artista decide centrarse únicamente en temas eróticos y galantes, sin poder posteriormente adaptarse al Neoclasicismo. Destacan sus polissoneries (desnudos íntimos y muy eróticos) y su obra El columpio.
- Maurice-Quentin de la Tour (1704-1788): el pastelista más reconocido del Rococó, sus retratos de acabado aterciopelado y gran detalle le facilitan convertirse en el retratista de Luis XV en 1750.
- Jean-Baptiste-Simeon Chardin (1699-1779): calificado como el pintor de la burguesía media, sustituye a la aristocracia por escenas cotidianas de familias burguesas abogando por el naturalismo. Fue precisamente ese naturalismo opuesto a la pintura galante lo que le valió los elogios de Diderot.
Este movimiento se considera de transición entre el Barroco y el Neoclasicismo debido a su limitación noble y su breve popularidad. No obstante, es mediante sus bases que el Neoclasicismo encuentra su significado a través del rechazo del hedonismo del Rococó y la defensa de los temas morales y pedagógicos. Se suma a esto el gran valor artístico y excelente calidad de la técnica de sus artistas, pudiendo encontrar obras exquisitas que nos permiten retomar las ensoñaciones nobles del siglo XVIII. Por ello, el Rococó era y sigue siendo fundamental en la historia del arte y el desarrollo de estilos posteriores.
¡Aquí se termina la entrada de hoy! Espero que te haya servido de ayuda para conocer un poco más este breve pero bello estilo y te anime a conocer más a fondo sus artistas.
¿Alguno de estos artistas te llama especialmente la atención y te gustaría saber más? ¿Te has enamorado de alguna de las obras aquí mostradas? Déjame un comentario con tu opinión si te gustaría que profundizase en alguno de estos artistas o sus obras.
¡Nos vemos pronto! ✨
Fuentes: TODO sobre el ROCOCÓ
López Castán Á., Artes visuales de los siglos XVIII y XIX (comunicación personal), 2021, Universidad Autónoma de Madrid.
Bango Torviso I. G., Muñoz Párraga M. C., Abad Castro C., López de Guereño Sanz M. T. (2017). Diccionario de términos artísticos. Madrid: Sílex, p. 526.
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